¿Cómo nace su vínculo con el club?

Mi incursión en el club empieza cuando se me acercan dos personas para preguntarme si estoy dispuesto a hacerme cargo del basquetbol por ahí cerca del año 87. Ahí me di cuenta que el club no tenía nada y pensé “dónde me vine a meter”.

Ahí empezamos a buscar niños en los colegios que querían jugar basquetbol y los trajimos al club. 

¿Cuáles son sus primeros recuerdos del club?

Iba a todos los partidos de basquetbol cuando era chico, en los tiempos donde jugaba Ivo Radic, Dujmovic, entre otros. No me perdía esos partidos. Era buena esa época porque Sokol tenía un equipazo a nivel adulto y daban tremendo espectáculo. Eran muy lindos tiempos porque el estadio se llenaba y había que llegar muy temprano para conseguir un boleto para entrar.

¿Cuál es la motivación de ser parte de esta directiva?

Para mí el club lo es todo y cuesta mucho salirse. En varias oportunidades hemos conversado en terminar nuestro proceso, pero siempre hay algo que nos motiva a seguir trabajando por nuestro club

¿Cuál cree usted que es el aporte del club a la comunidad?

El aporte a la comunidad ha sido muy bueno según yo, por ejemplo, en varias oportunidades Sokol ha facilitado su gimnasio para diferentes actividades comunitarias. Además de otorgar un espacio seguro para que los niños se entrenen y compartan con otros niños, donde pueden aprender a socializar.

¿Cuál cree usted que es el aporte del club a la comunidad?

Yo creo que nos ven bien, pero siempre he tenido la sensación que se nos vio como un club de mucha plata y que había que tener mucho dinero para pertenecer al club, cuando realmente no es así. Hay muchos padres que una vez que conocen al club se quedan para siempre y ayudan mucho a las actividades del club.

¿Cómo le gustaría ver al club en 10 años?

Difícil pregunta en verdad, pero me encantaría que el club siga creciendo como lo ha hecho hasta ahora con los dirigentes que vengan, que sigan dando todo por el club tal como lo han hecho muchos.

Me gustaría mucho que el club cuente con una residencial para recibir delegaciones de forma cómoda, ya que para las competencias que se hacían los niños que venían eran alojados por los padres de los jugadores de nuestro equipo y de los otros, ahí se ve el apoyo de los padres.

Por eso me gustaría que el club cuente con esto para hacer competencias aún más grandes, y estoy seguro que algún día se dará y me gustaría estar cuando eso suceda.

Respecto a mi situación, si el cuerpo me da y si esta directiva sigue, yo sigo con ellos, porque además me consta que ellos me aprecian mucho. Espero restar lo que me queda de vida ligado al club.

Sentido de pertenencia

Siento que los jóvenes recuerdan con mucho cariño al club, aún sin ser parte de la colonia croata y han desarrollado un genuino de pertenencia. He visto generaciones completas de sokolinos siendo parte de este club. Una vez que eres parte de Sokol cuesta mucho irse.

En mi caso personal, cada año es más difícil separar mi camino del club, porque he pasado tantas cosas acá. Además, me gusta la vida de club que se ha generado es este tiempo. Mi felicidad siempre va a estar en mi familia, en mi parcela y en el Sokol, esos tres son los componentes más importantes de mi vida.

Crecimiento del club

El club ha ido en constante crecimiento, como te decía antes no teníamos nada, incluso nos juntábamos en el club croata para las reuniones cuando nos dejaban juntarnos ahí. En este caso de pandemia, por suerte el club ha seguido bien parado.

Antiguamente recuerdo tener que andar corriendo para conseguir balones y lugares para entrenar, son cosas que uno recuerda con cariño, pero que bueno que ya no suceden.

Yo me siento realizado al ver como está el club hoy, para mí es un sueño lo que se formó y espero seguir soñando aún más.

¿Cuál espera que sea su legado como dirigente?

No pienso en eso la verdad. Lo que más voy a recordar son los amigos que hice y el trabajo que hice aquí.

Si tuviera que definir Sokol en una palabra, ¿cuál sería?

Para mi el Sokol lo es todo, mira lo que te digo. Me hace mucho sentido la frase “después del Sokol no hay nada”, porque le encuentro toda la razón.

¿Alguna anécdota que quiera contar?

Hay una anécdota de cuando se estaba construyendo el gimnasio, nos juntamos a comer un asado con los de Salfa para revisar unos detalles, la cosa es que terminó la reunión y nosotros seguimos dándole y después no sabíamos como irnos a la casa. Es una talla muy divertida porque terminamos muy contentos, lo que era una reunión muy importante terminó en una convivencia muy entretenida. Eso es lo que te puedo contar a grandes rasgos.